miércoles, 24 de junio de 2009

Gringo típico vs. peruano típico: un ejemplo práctico

Debo empezar pidiéndo disculpas por lo estereotipado de la publicación de hoy, 24 de junio, día del indio / día del campesino / día del Cuzco / día de San Juan. En efecto, entiendo que no todos los americanos son iguales y no todos los peruanos son iguales. De hecho, algunos peruanos son más iguales que otros, lo cual se aplica también a los caucásicos que han tenido algo de educación. En efecto, los gringos que vienen al Perú, y especialmente al Cuzco, son aquellos que tienen por lo menos secundaria completa, y me atrevería a decir que incluso tienen algo de edcuación superior. ellos, por algún extraño motivo (lámese misticismo, llámese deseo de conocer e interactuar con una cultura exótica) vienen al Perú a llenarse de fotos con paisanas que te cobran un sol por foto (yo también les pagué, pero no me saqué la foto con ellas, por si acaso), llenarse de chullos (aunque vivan en Florida y nunca tengan que ponerse algo en la cabeza, salvo para darse sombra), y usar ponchos, correas, chompas, etc. llenos de motivos incaicos producidos al por mayor por hábiles artesanos (hábiles comercialmente, por lo demás) con lo que se ven igualitos mientras pasean de arriba a abajo por San Blas.

Me caen bien los gringos, las gringas también, claro (me casé con una, ¿no?). Y hoy me cayerón mejor que nunca. Todo comienza con el paseíto hacia la explanada de Saqsaywaman para ver el Inti Raymi. Caminamos (la masa de turistas y de locales) desde la plaza de armas del Cuzco, subiendo por la cuesta del almirante, doblando a la izquierda en la plaza Nazarenas, y ascendiendo hacia mi falta de aire que superé con una frutillada de a sol en un vaso sucio (pero igualito me supo excelente). Luego de seguir cuesta arriba en medio de eucaliptos, y vendedores de cuanta comida y/o chuchería étnica puedas imaginar, llegamos a la fortaleza de Sqsaywaman. Al parecer, según Jeny, quien me acompañó con su hija Alessandra todo este paseo, fue un templo al rayo (Illapa) por la forma de zig zag que tiene. Bueno, en una explanada frente a las ruinas se lleva a cabo la representación de la fiesta del sol. Los cerros que rodean la fortaleza están repletos de gente que no paga nada, pero que tiene que llegar muy temparano para ocupar los cerros más cercanos a la ceremonia (ahora se cobra un ticket de $90 por los sitios preferenciales, tribunas dentro de la explanada misma).

Como llegué a las 1:40 pm, tuve que subir (con mis amigas) hasta uno de los cerros menos favorecidos con la vista, pero igual se veía bien, para qué. Tomé hartas fotos y exploté al máximo el zoom de mi cámara. La subida a nuestros sitiso (detrás de un raquítico arbolito de las punas) fue polvoriento y empinado. nos sentamos justo al lado del senderito que seguía subiendo hacia dos cruces. A nuestra izquierda había mucha gente local sentada, muy ordandita, comiendo fruta o chicharrón con cancha. Al frente de ellos, en posición estratégica (para no dejarlos ver, se entiende), había un grupo de menos de 10 gringos, colorados, etnificados e invariablemente 20 cm más altos que el cuzqueño promedio. Pero, ojo al detalle, delante de estos gringos había un grupito de peruanos del Perú (perdonen la vallejiana tristeza), también de pie, exactamente al lado del camino, en lo que era, obviamente la flojera de los que llegaron a un punto en el que no provoca seguir caminando y, total, desde aquí se ve mostro.

Los locales que estaban espectando espaldas gringas comenzaron a gritar, primero tímidamente, luego con más ganas envalentonados por un vendedor de pósters del Inti Raymi que vendió su larigne a la causa de los que no podían ver la ceremonia por un par de pósters, y finalmente amenazando con usar piedras para disipar a los extranjeros maleducados (de hecho, algunas inofensivas piedritas fueron lanzadas para llamar la aatención de los caucásicos). Hasta que ofrecí mis buenos oficios. Les dije que no les entendían porque, como confirmé de inmediato, no hablaban castellano. Me les acerqué y les pedí muy amablemente que se sentaran porque la gente que estaba sentada un poco más arriba en la colina no podía ver nada. Los gringos, con una sonrisa, me dijeron que ellos se sentarían, pero que nada cambiaría porque los peruanos del frente seguirian tan erguidos como las murallas de Saqsaywaman. Bueno, les dije, siéntense ustedes, y yo hablo con los peruanos.

Los gringos se sentaron tranquilamente, sin dejir ni chus ni mus.

Me acerqué a mis compatriotas, encabezados por la ubícua vieja del cuerno que siempre se queja de todo y se pone malcriada porque "ella tiene derechos". Creo que esas dos líneas últimas resumen muy bien mi intercambio con ese grupo. Primero me miraron como quien está viendo un ser de otro planeta que quiere hablar con su líder. Les dije que atrás hay muchas personas sentadas que quieren ver la ceremonia y que con ellos de pie no se podía. Me dijeron "y adónde nos vamos. No hay más sitios." Yo repliqué, si siguen subiendo van a encontrar espacios. A lo que la vieja del cuerno replicó: "¿Y por qué? Yo también tengo derecho a ver".

Los peruanos no se quisieron sentar, y replicaron tajantemente contra cualquier sugerencia de que deberían moverse porque su ubicación no beneficiaba a los otros.

Ante esto, pasé junto a los gringos que estaban bien sentaditos, esperando ver a los otros peruanos sentarse, y les dije (en inglés, of course): "olvídenlo, chicos, párense no más, que es más fácil para un peruano convencer a un americano que a otros peruanos". Se rieron de mi miserable campaña por la solidaridad con los que no podían ver el espectáculo y se pararon nomás.

¿Qué les dije a los locales que me vieron fracasar? Bueno, traten de convencer a los peruanos que también están parados, a ver.

Creo que la comparación dice mucho sobre como las diferencias entre algunos americanos y algunos peruanos. Me gustaría que hubiera sido algo diferente y que ambos se hubiesen sentado. Pero así no me salía un post sobre Cuzco, gringos y peruanos que al menos nos pusiera a pensar en que tenemos derechos solo cuando estos no interfieren con los derechos de los otros (que llegaron más temprano).


¡Feliz día del Cuzco!

miércoles, 1 de abril de 2009

la ignorancia es atrevida (¡y cómo le encanta salir en la tele!)

En vista de que no todos hablan la lengua de "Chékspir", me tomo el trabajo de traducir esta joya de la estupidez humana. Puedo disculpar que una persona pobre no sepa algo porque no tuvo dinero para comprar libros. Puedo disculpar que una persona con recursos no sepa algo (¡nadie lo sabe todo!), si de inmediato rectifica y tiene deseo de saber más. Pero no se puede disculpar que una persona que, aparentemente, tiene recursos, salga en la tele y haga un papelón no por no saber que Budapest es la capital de Hungría, sino por creer que Europa es el nombre de un país en donde todos hablan francés (y Francia ni siquiera es un país).

No todos son así, por cierto. No creo que en el Perú estemos mucho mejor, sinceramente. Pero los Estados Unidos tienen suficientes recursos para darle educación gratuita de primer nivel a cualquier persona. Eso es lo que me indigna (además de la flagrante estupidez de no sentir la más mínima vergüenza por decir semejantes despropósitos en televisión nacional y peor, en la era de Youtube). A ver ¿cuál es la capital de Maurtitania?




Solo traduzco las partes más relevantes:

Anfitrión: ¿Lista? La pregunta de geografía de tercer grado es... Budapest... ¿Budapest es la capital de que país europeo?
Concursante: Esta es probablemente una pregunta estúpida.
A. De seguro lo es...
C. Pero ¡yo pensé que Europa era un país! [Noten que la gente ya no se ríe en el público]. Veamos, Buda... ¡Budapest! ¡Nunca había oído hablar de eso!
A. Estas son tus opciones. Puedes salir del juego con $10.000, lo cual...
C. Así... Sé que hablan francés allí. ¿No? Quiero decir... ¿Es Francia un país? ¡No sé que estoy haciendo! Estoy como...
A. Hablemos de tus opciones. Kelly, concéntrate.
...
...
C. Voy a copiar [El chiquito ha dado una respuesta y ella puede ahora copiarla para salvarse].
A. ¿Tienes alguna corazonada?
C. No creo que Francia sea un país [Por la gran... ¡Qué burra es esta comadre!] pero voy a decir "Francia".
A. Francia es un país, te lo diré. Si hubieras dicho "Francia" te hubieras ido a casa sin nada. No es la respuesta correcta. La repuesta correcta es "Hungría' [Nótese que el anfitrión lo pronuncia de modo "no estándar" como "Hungry", que es lo mismo que "hambriento" en inglés. La pronunciación formal en inglés es ['hungary], con la a pronunciada como vocal central media, para ser exactos].
C. ¿¡Es qué!?
A. Hungría, como en "tengo hambre" [I am hungry].
C. ¿Es ese un país? He oído de Turquía [que en inglés es "Turkey", homónimo de la palabra para "pavo", por eso la gracia]. Pero Hungría, nunca he oído de ese.
...
A. Por $25.000 tu compañero de clase Nathan dijo: ¡¡"Hungría"!!

Realmente, mientras veo a esta chica más pena me da que sea americana, que sea rubia y que tenga acento sureño. Me da pena porque refuerza muchos estereotipos. Yo he vivido en Georgia en Carolina del Norte (estados sureños) y puedo decir que no todo el mundo es así. Pero por desgracia, muchos sí lo son. Sin duda, algo malo tiene que haber en este sistema que no es capaz de darles un poco de sentido común a las personas ("si no sé, me callo la boca y no hago roche" nunca pasó por la cabeza de esa chica).

En fin, mucha especialización y poca cultura general parece ser el común denominador por aquí... Pero algunos solo se han especializado en blanquearse los dientes e ir al peluquero continuamente.

domingo, 1 de marzo de 2009

Pound vs. kilos

Como debe de ser bien sabido por todos los que han venido aunque sea depaseo por los USA los sistemas de medida son idiosincrátiocs (por decirlo amablemente). No llegan al nivel de lo que se usa en el Reino Unido (que raya en lo francamente ridículo), pero puede resultar permanentemente problemático.

A mí me ha tomado años de mirar the Weather Channel determinar cuándo el día es cálido (65-75 F) o fresco (en el sentido de los españoles cuando dicen "Joder, macho que hace un frequillo que no me esperaba, coño!" Es decir 50-65 F), cuando hace frío de saco grueso (35-49), de saco grueso, chompa, gorro y guantes (20-35 F), y es de saco de pluma de ganso, más "long johns", esos calzoncillos largos que usaban los vaqueros y que, en algunos casos vienen con esa conveeinte apertura posterior para evacuar aguas mayores sin que te tengas que bajar todo y que se te congleen las piernas parte del poto. En mi caso, no tenían esa apertura. Total, no soy vaquero aunque viva en texas (si es menos de 20 F, y en Chicago una vez estuve a -25 F).

El otro extremo es el verano. Un día decente de verano llega a 80F. Más de eso se vuelve opresivo, y si el día es húmedo (lo cual es común en los estados donde he vivido, Georgia, Carolina del Norte y Texas) es realmente insufrible.

No pienso dar la cnversión de estos grados a celsius, que es la forma en la que el mundo civilizado y no estos gringos retrógrados medimos las temperaturas. Para eso está google, pones "80 F in celsius" y te da la respuesta rapidito. Pero no es del clima de lo que voy a hablar, es del peso.

Ultimamente he sentido, porque mis pantalones me lo han dicho sin ningún tipo de miramiento, que he subido de peso. No lo estaba haciendo mal para ser un peruano que vive acá. Cuando regresé de los USA a Lima en el 2005 luego de 8 meses había ganado 16 kilos de peso. Ja ja! Pero me fui pesando 64 kilos, aproximadamente. Estaba bieeeeen flaco. Pero me fui al otro extremo. Mi peso normal debe de ser 75 kilos, me había pasado 5 y se notaba bastante en una cara más cachetona y similar a la luna de Paita.


Para mi suerte, Christy y yo comemos muchísimo más sanamente que el común de los gringos. Es decir, comida chatarra, gaseosas y los infaltables "snacks" que la famila americana promedio tiene en su despensa brillan por su ausencia:

Oreos (cualquier otra galleta dulce), Doritos, Cheetos (chizitos), pop tarts, Pepsi, Mountain Dew, Potato chips, Corn Chips, Salsa, Twinkie. Obviamente, solo a veces todo esto está dentro de la despensa al mismo tiempo, pero puede considerarse que estos productos rotan constantemente. No estoy contando cereales, latas de tomate en todas las combinacioens imaginables (crushed, diced, petit diced, whole unpeeled, whole peeled, etc. etc. etc.). Solo cuento aquello que se abre y se come entre comidas.

De hecho en un día de semana normal, comemos una vez fuera (y puede ser culquier tipo de comida que nos provoque: india, tailandesa, hamburguesas no "fast food", pizza, etc.) Los otrso días cocinamos y nos turnamos, 3 días ella, tres yo. Las recetas vienen de los libros de Weight Watchers ("guardianes del peso" sería la traducción). Es una organizaciónq ue se encarga de ayudarte a bajar de peso y mantenerte en un buen peso comiendo sanamente y en porciones equilibradas. Esto merece un comentario. Por desgracia no hemos sido muy estrictos con el tamaño de las porciones, así que normalemente, donde comen cuatro en una medida estricta (y hambreadora para mí), sacamos solo tres porciones. Aunque igual funcionó, y desde que vivimos juntos estaba oscilando entre 73 y 75 kilos que es lo ideal). No soy dehacer ejercicios, asíq ue todo tiene que controlarse en lo que como, y la vida intelectual no es lo que yo llamaría una que exige muchas calorías. Obviamente, estoy siendo exagerad. Vivo en texas y este es uno de los estados más gordos de los USA. Yo estoy en una condición fenomenal coparado con mis vecinos y la gente que toma el autobús. Pero en las últimas semanas mis pantaloes me hicieron acordar que me estaba acercando a la situación incómoda en la que me encontraba en julio de 2005.

Cuando vi que mi peso en la báscula electrónica decía 172.2 libras, me dije "ah ya, normal", porque las libras no significan NADA para para mí. Leugo convertí eso a kilos y... El horror: 78 kilos y alguito más. La canción! En libras mi límite debe ser 165.3 (o sea 75 kg). El momento de enfrentar la verdad ha llegado. No me veo haciendo ejercicio aunque me gusta nadar y, con el calor infernal que hace acá, uno tiene que meterse al agua porque no aguanta estar en su propio pellejo todo el tiempo), así que el momento de tomar al pie de la letra el sistema Weight Watchers ha llegado.

Weight Watchers, como Christy lo utilizó por años (hasta que llegué yo a desgraciarle el sistema con mi muy peruana hambruna) consiste en puntos. De acuerdo con nuestro peso actual, ambos debemos comer solo 20 puntos al día, pero tenemos un colchón de 35 puntos extras que se pueden comer durante la semana (o de un solo porrazo, osea con una hamburguesa de Mc Dnalds, un Milkshake tamaño grande, papas fritas, mayonesa, ketchup y esas cosas que, por suerte, hace muuuuucho que no como). O sea, no debemos pasar por nada del mundo de 55 puntos a la semana máximo si queremos perder peso (ella ha ganado igual que yo, tres kilos desde que nos mudamos a Texas).

Los puntos consisten en contar la cantidad de fibra, calorías y grasa que contiene un producto (información disponible an absolutamente todo aquello que se pueda comer y que se venda en los USA). Por ejemplo, un plátano es 2 puntos. Un vaso de jugo de naranja son 2 puntos. Cualquier otra fruta es 1 punto. Las ricas verduritas y hortalizas (apio, broccoli, zanahorias, etc.) valen 0 puntos; o sea, puedes comerte la canasta de verduras y no pasa nada! Claro que no creo que te llene mucho, pero ahí están. En el otro extremo, están cosas como una Big Mac que por si sola son 14 puntos. Sí, 14. Una lata de coca-cola son 2 puntos (igual que el jugo de naranja! pero sin nigún valor nutricional), una porción de pudín de plátano son 7 puntos. Un ejemplo de lo absurdo son los los platos "guiltless" ("sin remordimientos") de Chilis:


Guiltless Grill Chicken Fajitas 16
Guiltless Grill Chicken Platter 12
Guiltless Grill Chicken Sandwich 11
Guiltless Grill Veggie Pasta 13
Guiltless Grill Veggie Pasta with Chicken 15

Postres:

Diet by Chocolate Cake 8
Diet by Chocolate Cake with Yogurt 9
Diet by Chocolate Cake with Yogurt & Fudge Topping 11

En los recetarios de Weight Watchers lo máximo que encuentras son platos de 8 puntos por porción (normalmente un plato de pastas o algo horneado tienen más puntos que una ensalada, obviamente). Muy rara vez he cocinado algo usando esos libros dnde haya tenido que usar más de 4 cucharaditas de aceite (normalmente usamos el aerosol sin calorías o grasa para poner en la sartén). Eso es el polo opuesto al inmortal "Qué coinaré?" de Nicolini, donde el uso de aciete no baja de un cuarto de taza! (creo que es una para el ají de gallina!). Los platos "light" de Chili's solo valen la pena si los divides entre dos personas...

Ya tengo más de 3 años comiendo con ese estilo dietético y debo confesar que es muy bueno. No me imagino que la mayoríade latinos pudiera asumir que ese tipo de ocmida es sabrosa. Sé proChristy que muchas latinas que siguen el sistema de Wight Watchers tienen que conicnar para ellas por separado y a sus maridos hijos tiene quecocinarles "lo de siempre"... En fin, no opinaré sobre eso. Al menos yo no me hago problemas. Sobre todo cuando vengo de una casa donde mi mamá siepreha profesado un odio jarocho al sobrepeso. Con Christy hemos preparado todo tipo de platos: desde pescado estilo marroquí hasta una pechuga de pollo estilo peruano, con su marinado en sillao, miel, y cuanta otra cosa más tengas a la mano, todo en los muchos libros que Christy tiene. Algunas veces los platos no te dejan satisfecho para nada (y esos están tachados en los libros con una X bien grande). Otras veces el plato es buenísimo, pero la porción es minúscula. La idea es que te comas tu solito una cabeza de lechuga y un atado de rabanitos con esa porción "pa'que llene". Obviamente, el arroz blanco esta vetado. Pero no hemos sido perfectos y lo hemos usado seguido por culpa de esa tan peruana costumbre de meter arroz blanco hasta en la sopa (literalmente). Y eso que no he concinado arroz a la criolla como se debe (harto aceite y/o mantequill para que granee bien), sino estilo chifa (arroz, agua y, a veces "sal de ajo", para que de sabor). Las porciones, ya lo he dicho, han sido generosas, y mis snacks, si bien bastante conservadores en mi opinion (un enrollado de tortilla integral rellena de queso y tres lonjas de jamón de pavo a media tarde y un puñado de hojuelas de Pringles light, por ejemplo) han sido puntos extras que no contaba para nada. Seamos francos, soy peruano y eso de andar contando puntos o calorias no es lo que me han enseñado de chiquito.


la meta es bajar 5 kilos antes de ir as Lima. O sea, presentarme con 73 kilos listo parael atracón de menestrón, causa relena, chifa en general, cebiche, ají de huevocon chancho adobado, cebiche de pollo estilo norteño, pepián de pavo, tamlitos verdes y todos esos deliciosos platos que no bajan de 10 puntos cada uno por porción. En fin, al menos cuando me vaya de Lima para volver acá podré decir que fue la comida peruan la qwue me engordó y no "esas porquerías que comen (la mayoría) de los gringos". Así que estoy a dieta estilo Wight Watchers (debo de ser uno de los pocos latinos qe haya dicho algo así en público).

jueves, 22 de enero de 2009

Signos de los tiempos: el primer ambulante que veo en los USA...

Recuerdo una vez que les pregunté a mis alumnos cuál creen que había sido el resultado de la investigación de la ONU sobre el mejor país para vivir en el 2007. Muy pocos dijeron que los Estados Unidos era tal país (el resultado de la ONU fue Isalandia, por mayor calidad de vida, nivel de ingresos, administración, etc. Claro, que con la criris financiera ahora Isalandia está en quiebra, pero igual es un país muy bonito, ¿no?). Me sorprendió un poco, sobre todo teniendo en cuenta la asociación que hacemos con la vanagloria del "We are number one" con la que se asocia a la idiosincrasia gringa. Parece que estos chicos de Duke, bastante bien educados, por cierto, tienen esa visión más pesimista/realista de los que hemos logrado algún tipo de educación (por culpa de una univerisdad o de las lecturas, o por la experiencia). Los americanos tienden a ver a su país, en lo más íntimo de sus pensamientos, como un país con muchísimos problemas serios...

A pesar de que en realidad sus problemas inmediatos no comprometen para nada la subsistencia de la mayoría de sus miembros, o no ponen en riesgo la integridad del estado. Por ejemplo, una crisis severa en cualquier país del Tercer Mundo se traduce ipso-facto en una muy merecida revolucioncilla, o al menos, en protestas a gran escala. Por ejemplo, el precio de la gasolina durante el gobierno de G. W. Bush casi cuadruplicó su precio. Si eso hubiera pasado en, digamos, el Perú, los disturbios sociales hubieran sido tan grandes que no me habría sorprendido ver vía satélite, la caída del gobierno aprista (o cualquier otro). Por acá no paso nada, ni mi... La gente pagó nomás, siguió manjeando, un poco menos que lo usual, eso sí, pero nadie pasó de las quejas en la cola del supermercado.

Igual, eso solo fue el preludio de la crisis que ahora todos conocemos. Y es en serio, no es ñanga. Franco. La gente piensa que los gringos están exagerando, como de costumbre, y que la crisis debe ser, en escala peruviana, solo un sacudón pasajero al cual estamos ya inmunizados luego de todos los largos años de crisis... Aunque ahora dicen que el Perú "está bien". Bueno, siempre me he reissitido a creer que nuestro país pueda estár bien. Tal vez no nos estemos dando cuenta de otras cosas por culpa de los edificis que, según me cuentan, ahora inundan el país. El asunto es que hay algo que recorre los USA de cabo a rabo que no nadie había visto desde la década de 1930: la crisis que hace que te pongas a pensar que el dinero que gastas hoy puede ser realmente vital mañana. No es que todos estén pensando en eso, o que todos estén afectados (si eso fuera lo que está pasando, entonces ya todo estaría casi perdido para esta economía). Más bien la escala de la crisis es inaudita para el nivel de vida escandalosamente despilfarrador en todo sentido que ha tenido este país por largos años. De hecho, aunque hayan llegado a la luna, pocas cosas han cambiado en politica administrativa o industrial desde esos años. El coloso industrial ya no existe.

Por ejemplo, el padrastro de Christy es administrador en una fundición en Warsaw, Indiana. Su fábrica botó a la mitad de los trabajadores y va a cerrar en unos meses. Luego piensan mandarlo a Los Angeles, a otra fábrica para que organice el cierre de esta. Luego lo quieren mandar a Pennsylvania para que dirija una de las pocas fábricas que piensan dejar abiertas. ¿Hasta cuando? No lo sabe, pero la idea de que podría ser su último trabajo es probable.

Aquí, en Houston, dicen que las cosas se han sentido menos que en otros lados. La industria de petroleo sigue ganando dinero escandalosamente y mueve tod en esta zona, el área del Golfo. Pero ya hay señales de que hay un pronblema en Houston. Un día, un hombre negro, de más de 60 años a mi parecer, estaba sentado en el autobús que tomo para ir a casa por la Av. Bissonnet. El tío usaba una casaca raída, azúl, con un parche en el brazo que decía algo así como fuerza de seguridad o algo por el estilo. Sus zapatos mostraban señales de haber caminado tanto o más como las rutas acumuladas por los autobuses de Houston. Su sobrepeso evidenciaba que era pobre (porque los gordos son generalmente los pobres que solo tienen para comer McDonalds y esas cosas que en Perú son un "pequeño lujo" familiar). Me senté cerca a él, pero sin prestarle atención (estaba con los audífonos puestos). De immediato noté que algo no estaba bien, que el hombre había levatado sus brazos, sin decir nada. Una lata de Sunkist (naranja) en la mano derecha y un paquete de Newport en la mano izquierda. Me miraba, yo miraba de frente, pero igual no podía dejar de prestarle atención y no sabía cómo reaccionar. Debía decirle "no thanks?"

Mientras que en Lima me hubiera dado cuenta inmediatamente de que era un ambulante y simplemente hubiera prestado la mínima atención a sus palabras (o le hubiera comprado algo), aquí era diferente. Junto a su asiento tenía un "cooler" (caja térmica) llena de latas de gaseosas (Pepsi y otras) y en su mochila tenía un par de cartones de cigarrillos. Y a cada persona que se subía al autobús le levantaba los brazos, mirándolas y haciendoles "hola" con sus productos. Una señora latina, inmensa ella, con un bebe, le compró una lata de gaseosa por 50 centavos. Yo no podía creer que había visto el primer ambulante en un microbús en los Estados Unidos.

Parece que la crisis es en serio.