lunes, 30 de junio de 2008

Para poder investigar (te tienes que largar)

A lo mejor esta nota debió ser una de las primeras entradas en mi blog... Irse del Perú era para mí lo más natural del mundo, no sabía cuándo, pero tenía una idea de cómo. No quise estudiar derecho porque quería hacer una vida académica. Obviamente, pude haber conseguido esto como abogado (o "jurista" como les gusta llamarse a los abogados que son intelectuales, lo que quiera que eso signifique). Pero las opciones iban a ser las mismas que habiendo estudiado lingüistica y literatura: ser un profesor de universidad (aspirar al Tribunal Constitucional, o sea, algo imporobable). Así que eso me decidió a dar "el gran salto hacia adelante" (a lo Mao) y ponerme a estudiar lingüística.

Hablaba con mi amigo de colegio, Rolando Celis, y me dice que "aquí es donde sí se puede hacer investigación". A pesar de los intentos de la derecha republicana (y del a derecha democrata, que cada vez se diferencia menos de los otros) todavía la investigación en los USA supera a la de los otros países desarrollados.

Obviamente, que esto no lo digo como un americanófilo. De esos hay muchos y, normalmente, asumen que los USA son algo asícomo el epítome de la perfección y sus orígenes han sido bendecidos por Dios. Como alguien me dijo una vez: "Carlos, lo que aquí puedes tener no lo vas a tener en ninguna otra parte del mundo". Claro, se le olvidó mencionar que para que eso sea así, pues el resto del mundo tiene que estar en una situación, digamos, "menos favorecida".

Rolando está haciendo su internado como cirujano aquí. Le faltan dos años para terminarlo. Pudo ser un año menos, pero decidió hacer un año de investigación y SOLO investigación en el Hospital de Omaha, Nebraska, donde trabaja. Le dijeron "sí, claro, ¿qué te gustaría investigar?" Para no tener que desviarse mucho de su tren de vida se metió a investigar algo sobre cirujía vascular y ya ha publicado algunos artículos y lo contactaron desde España para que escriba una sección de un libro sobre ese tema.

Es decir, en un año mi amigo se ha vuelto algo así como una autoridad de la materia en el mundo hispano... ¿Qué habría pasado en el Perú? Por mi experiencia, no habría pasado gran cosa. La linguïstica es una ciencia en la que puedes hacer mucho, pero eso implica investigar o en las bibliotecas o en el campo, entrevistando a hablantes. Y yo no tenía tiempo para hacer eos porque el trabajo que hacía era eso: un trabajo, para ganarme un dinero. No me quedaba tiempo de nada. Daba clases en 4 lugares diferentes y, además, también trabajaba para una editorial grande. Es decir, de lunes a sábado. ¿La Tesis? Ahí, bien gracias. Y mis viejos diciéndo que "debes terminar la tesis".

JA JA!!

Nadie hace una tesis DECENTE con ese horario de trabajo. Si uno investiga/ pues SOLO investiga, porque esa es la naturaleza del trabajo intelectual: aprender lo más posible y enfrentar las contradicciones que surgen en cada momento del trabajo. ¿Quién investiga en el Perú? Muy pocos, poquísimos. Como siempre, lo urgente desplaza a lo importante.

Claro, hay los valientes y tenaces contraejemplos (se me viene a la mente Rodolfo Cerrón -Palomino, profesor de Lingüística Andina), pero son justamente lo que NO debería ser: excepciones. Si bien la investigación en el área médica o industrial está garantizada por las corporaciones (hospitales, seguros, farmacéuticas, etc.), las humanidades reciben algo de ayuda. Un sencillo en términos gringos, pero ayuda al fin y al cabo. Y de esos ripios se puede hacer una investigación que sorprende a muchos.

En efecto, por ejemplo, para hacer literatura hispánica del siglo de oro, pues el mejor lugar no es España, es los USA. Las bibliotecas tienen todo (y consigues lo que les pidas) y puedes establecer redes de contacto con intelectuales de distinto tipo. Pero si nos centramos nada más en la diferencia de bibliotecas, pues la PUCP (la Universidad con más recursos en el Perú) arroja estos datos oficiales:

Recursos bibliográficos
Libros : 340.726
Revistas: 185.656
Documentos: 64.968
Suscripciones: 777
Canjes de revistas: 510

Duke University, donde trabajé dos años arroja esto:

"The combined book collections number more than five million volumes [sí, más de 5 millones]. Among the other holdings available to students and faculty are

* 17.7 million manuscripts
* 1.2 million public documents
* Tens of thousands of films and videos
* Audio recordings and serials
* More than 7000 computer files

In addition, an array of resources and services is available electronically from the university's libraries.



En pocas palabras, para investigar necesitas, por lo menos libros (por no hablar de laboratoiros, etc. etc.). Así que si ti vocación es la vida académica, pues vete. Dos años, mínimo para una maestría. Haces contactos, te llevas en fotocopias todos los artículos que necesitas o, sencillamente, les pides a la biblioteca que te los pasen en PDF (sí, eso se puede hacer y yo tengo un montón de artículos en PDF solo poque el título me parecía interesante. Los leeré durante mi doctorado, seguramente). Lo mejor de los USA, entonces, son las bibliotecas y recursos para investigar.

viernes, 27 de junio de 2008

Wall-e o como Disney hace una película sobre el fin del mundo

Acabo de regresar de ver Wall-E con Christy. Aunque nuestros gustos son bastante diferentes en las películas, esta vez coincidimos en que Wall-E sería muy interesante.

Aquí les dejo el trailer:



Esta nueva película de Disney-Pixar tiene dos partes muy claras: al principio, queda claro que la Tierra ha sido destruida (no hay vida orgánica, excepto una simpática cucaracha). Así como lo leen, Disney ha hecho una película sobre un mundo postapocalíptico. Pero eso no es todo, la culpa de esa destrucción está en... UNA CORPORACIÓN. Disney está haciendo, virtualmente, una declaración político-social sobre el peligro de un mundo donde las corporaciones han tomado el poder y, como consecuencia, han llevado al mundo a su destrucción.

Pero la película no tiene nada de ominosa. Muy por el contrario, tiene mucho más de la nostalgia de lo presente. Es decir, el mundo que ahora tenemos está pendiendo de un hilo y todo lo que queda de él es un infinito cúmulo de basura acumulada, organizada y reverenciada por un robot: Wall-E.

La segunda parte trae bastantes cambios de ritmo y convierten lo que pudo ser una película de Stanley Kubrick en una película de Disney: una historia de amor (muy tierna, eso sí) entre Wall-E y Eve. Este último es un robot que parece el híbrido entre R2-D2 y un Ipod (¿será porque Steve Jobs es el principal accionista de Pixar?) cuya misión es... Bueno, no les digo más poruqe es un punto crucial en la trama.

En general, Wall-E debería servir como un llamado de atención hacia el tipo de vida en el que la sociedad está cayendo (específicamente la sociedad de los USA). Y esa crítica está en la película, el ridículo resultado de la sobreexplotación de la Tierra está representado en la labor interminable de este arqueólogo enamorado que se nos presenta como un robot torpe pero entrañable. Si unos extraterrestres llegaran a la Tierra y quisieran conocernos, ¿qué sentido tendría nuestro mundo?

A veces pienso que Christy tiene razón cuando me dice que lo que más la asusta es la idea del fin del mundo. Yo no pienso mucho en esa idea, pero si hubiera sido un niño de más de 9 años que ha ido al cine a ver Wall-E, tal vez hubiera preguntado "¿Y por qué la Tierra tuvo que destruirse?" Tal vez la respuesta esté en la paradoja del físico italiano Enrico Fermi:

La paradoja puede resumirse de la manera siguiente: La creencia común de que el Universo posee numerosas civilizaciones avanzadas tecnológicamente, combinada con nuestras observaciones que sugieren todo lo contrario es paradójica sugiriendo que nuestro conocimiento o nuestras observaciones son defectuosas o incompletas.

"Sociológicamente es interesante recalcar que la formulación de la paradoja surgió en una época en la que Fermi estaba trabajando en el Proyecto Manhattan cuyo fin era el desarrollo de la bomba atómica estadounidense. La respuesta de Fermi a su paradoja es que toda civilización avanzada desarrollada en la galaxia, desarrolla con su tecnología el potencial de exterminarse tal y como percibía estaba ocurriendo en su época. El hecho de no encontrar otras civilizaciones extraterrestres implicaba para él un trágico final para la humanidad". (http://es.wikipedia.org/wiki/Paradoja_de_Fermi)

Y sobre eso es que Disney ha hecho una película (bueno, casi sobre eso).

viernes, 20 de junio de 2008

Te sientes malito? Anda a la farmacia y siéntete peor...


Ir a la farmacia en los USA es una experiencia que no puede compararse con la "botica" de la esquina. De hecho, en Lima las opciones son tantas que fácil el negocio debe estar a la altura de los chifas o las pollerías.

Pero acá, la tierra de la libertad te exige que pases por algunos "trámites previos". Me imagino que estarás pensando en la receta garrapateada por el galeno de tu preferencia, la llave al paraíso psicotrópico que nunca probaste (o sí?). Bueno, parte de eso hay. Pero la receta en los Estados Unidos viene atada ala fórmula del desastre: destruye tu paciencia, tu billetera y me pone de un humor de perros con Christy (porque yo, ejem, redoble, maracas, quijada de burro: yo no me enfermo nunca).

En fin, para obtener una medicina tienes que estar REGISTRADO en una farmacia (que es naturalmente, una cadena de farmacias, nada de “informales boticas” por acá). Ahí es donde te proveen de la medicina. Pero no se trata de medicinas “importantes” de vida o muerte, sino la gran mayoría de medicinas. Si quieres comprar una pastilla para los hongos de las uñas necesitas receta del doctor, si necesitas un analgésico postoperatorio, pues también va la receta, si necesitas una pastilla antialérgica, bueno, ahora no necesitas receta, pero la loratidina (Claritin en los USA) antes salía con receta nomás. Es decir, las medicinas solo están a disposición del que tiene una receta.

Pero no es cuestión de que llegues a la farmacia, le alcances el papelito a la person atrás el mostrado y esta, solícitamente se pondrá a buscar el frasco que debes tomar por sabe Dios cuantos días. No, tienes que sentarte a esperar.

Sí, las medicinas no vienen preempaquetadas como en el Perú… Nada de eso: vienen en una frasquitos naranjas translúcidos con una etiqueta bien fea y genérica que tiene:

a. Tu nombre
b. Tu dirección
c. El nombre del doctor que te lo recetó
d. El número exacto de pastillas y la dosis a seguir
e. Cuántos “refills” (o “re-llenados”) te quedan luego de que te acabes el pomo

Es decir, no puedes ir a comprar tres pomos de 20 pastillas de XYZ sabiendo que es la dosis que tu doctor recomienda. No señor, póngase usted en la cola, luego de dejar su receta y presentar la tarjeta del seguro (porque si no las pastillas te cuestan la córnea, un riñon y un lóbulo del hígado) puede sentarse y lo llamamos en 15 minutos (si tiene suerte) o ½ hora (si el día es uno como cualquiera). Y ni hablar si es nuevo en el barrio. Entonces tiene que darme las generales de ley y llenar algunos papeles o esperar a que hagamos algunas llamadas telefónicas a los “headquarters” para que nos digan si ha hecho negocios con nosotros antes.

Pero ¿por qué un sistema tan incómodo y francamente irritante se ha impuesto en un país donde la eficiencia es tan anhelada? Tengo dos hipótesis:

1. El sistema del seguro en los USA. La industria médica es el ejemplo de que el libre mercado NO ES LA SOLUCIÓN A TODOS LOS PROBLEMAS DE LA SOCIEDAD. De hecho, el libre mercado presupone algo así como que no hay sociedad, en el sentido de que la única asociación posible es la que se da para que el individuo obtenga el mayor beneficio y, de pasadita, “chorree algo a los demás”(desde que Toledo comenzó hablando del “chorreo” esa metáfora realmente se me hizo repugnante. Medio cochinón suena eso de “chorrear”…). Volviendo al asunto, la idea es que el sistema de salud es casi un lujo, manejado por los “proveedores de salud” (HMO en inglés, no sé qué significan las letras y me da flojera agarrar el mataburros virtual). Ellos son los que deciden si tu doctor tiene la razón cuando dice que “tienes que operarte urgentemente ese tumor que te sale como una sabrosa chirimoya de la sien izquierda”. No te operan hasta que un NN, sentado en una silla en, digamos Fort Bend, Indiana, lea los papeles que le han mandado y decida si REALMENTE tienen que operarte pro un costo de $5000. Tal vez a ese NN que está a mil kilómetros de ti se le ocurra que eso es “muy caro” y no vale la pena gastar plata en tu salud. Así que te niegan la operación. Así de sencillo… Bullshit! (una buena mierda, en español). Esto se aplica a las medicinas por extensión: “realmente necesitas esas medicinas tan caras y raras para tu extraño tipo de insuficiencia del sistema linfático… Mmm, no me parece, te doy para el desenfriolito, mejor”.
2. Este país tiene un serio problema con las “sustancias”. Sí, ESAS sustancias. A veces pienso que es en realidad mala fama y que no son tan propensos a drogarse. Bueno, pues creo que si eso fuera cierto, entonces no tendrían que haber prohibido la tintura de yodo y el mercuro cromo en muchos estados. Un dato, en Lousiana es legal comprar mercuro cromo y tintura de yodo. Excelente! Ahora podré drograme con el aroma celestial de esas sustancias. Si me ven en la foto con manchas violetas en la ropa ya saben qué me estoy metiendo. Es RIDÍCULO!! Todo porque esas substancias son insumos para el cristal meth (que recién se está haciendo popular en el Perú, según el Trome que leí hoy). Por esa misma razón una descongestionante que hace maravillas cuando tengo gripe (ok, sí me enfermo, pero no hasta ahora nunca he ido a un hospital una sola vez en mi vida por algún problema) solo puede ser comprado en pocas cantidades (UNO por persona. Es decir, si se te acaba, pues tienes que volver a la farmacia y hacer la compra otra maldita vez!!!). La razón? Bueno, “se usa para hacer crystal meth”. La verdad es que si el crystal meth tiene tantas medicinas juntas, fácil tiene más propiedades que la uña de gato y sus consumidores deben ser la viva imagen de la salud… (por favor observen la siguiente imagen con la transformación de un consumidor de dicha droga) En resumen, en este país los adictos abundan, y están en todas las familias, esperando que alguien tenga una receta para ir al encuentro “del dealer” (poner de fondo “Waiting for my man” de Velvet Underground). Las pastillas contra el dolor crean adictos (sin ir más lejos, la esposa del candidato republicano John McCain fue adicta a los analgésicos), los antigripales también, los jarabes para la tos también (se acuerdan del inmortal capítulo de “La familia Ingalls” donde el amigo barbón de “Papá Ingalls” se hace adicto al fórmula 44 de esa época?).

En resumen, perder el tiempo en la farmacia, tener la medicina contadita y sufrir de repetidas visitas al mismo lugar en un dejavu permanente cada vez que te enfermas tiene historia: la historia de una sociedad que consume demasiadas drogas y cree que la burocracia privada es mejor que la burocracia pública. Ojalá que algún ilegal abra una botica en la esquina de donde vivo!