miércoles, 30 de enero de 2008

Indoctrinate U


Soy profesor en una de las universidades con más dinero y con más fama en los Estados Unidos (bacán suena, ¿no?). Christy, mi esposa, también es profesora aquí y tenemos puntos de vistas diferentes sobre lo que eso significa.

Yo creo que las universidades deben tener un claro objetivo de investigación; para Christy lo más importante es la misión pedagógica de estas. En el fondo, no se pueden separar las dos cosas; es solo una cuestión de preferencia, porque una universidad donde solo se enseña y no se investiga es un colegio, no una universidad. Y si solo se investiga y no se enseña, entonces ya no es una universidad, es solo un laboratorio o un taller.

Pero hay algo en lo que estamos completamente de acuerdo: enseñar no es una cuestión de "transmitir ciertos conocimientos de una manera objetiva y neutral". La objetividad es un mito, y las personas deben asumir que cualquier tema sobre el que se puede hablar está entremezclado con diversas perspectivas y tiene multiuples dependencias en otros aspectos de la realidad (social, cultural, biológica, etc.). Pedir que los profesores solo enseñen sus teorías y que no hablen de estas en un contexto más grande bajo la premisa de que "politizan" es un error. Si una educación se convierte en una educación conservadora de los sagrados valores establecidos por la sociedad (mejor dicho, por quienes la gobiernan o dirigen) entonces no es una educación: es el simple adoctrinamiento del que es educado para aceptar las ocsas tal y como son, sin capacidad de preguntar nada ni de querer cambiar nada.

Irónicamente, el documental "Indoctrinate U" trata de establecer que los profesores más liberales de las universidades estadounidenses se han convertido en los intolerantes tiranos de las aulas gringas. Es decir, ahora los profesores con ideas progresistas / izquierdistas / culturalistas (esos ismos que tanto miedo le dan a los admiradores de Fujimori y lectores del diario Correo) acallan las opiniones de los pobres intelectuales conservadores.

Obviamente, acallar a alguien porque dice algo que no nos gusta siempre será inaceptable en el diálogo académico. Sin embargo, existe un serio problema: muchos intelectuales conservadores se empeñan en hacer ciencia solo para preservar el status quo y validar el sentido común que hace que todo siga igual y que parezca que realmente esa es la forma "correcta" en la que las cosas deben ser como son. Ejemplos claros: las personas que reciben apoyo gubernamental para estudiar en universidades por ser miembros de minorias mal representadas en centros de estudios (acción afirmativa) no merecen recibir ninguna ayuda. ¿La razón? Ayudarlos es discriminar a estudiantes de mayorías. ¡Es una forma de discriminación! Es decir, las personas que tienen potencial, pero que vienen de un origen pobre y oprimido (sí, esa palabra tan fea que suena tan socialista, "oprimidos") deben competir "en buena lid" con la gente común, que tuvo todas las oportunidades en su vida. Eso es "lo justo". Obviamente, la justicia no está tan solo en ir a dar un examen de admisión y ciegamente seleccionar a los "mejores", porque detrás (y delante) de las personas está todo el transfondo cultural que los ha formado, que les ha permitido o impedido ser cómo son. Eso es lo que estos "intelectuales conservadores" jamás llegan a entender en la cerrazón de sus mentes. Las cosas son A o B, blanco o negro, no hay espacio para el análisis de la complejidad con la que la realidad se nos muestra a cada momento.

Esta película, "Indoctrinate U", aboga porque los profesores no enseñen cursos para trnasmitir sus "agendas políticas" en las que dicen cosas tan "horrorosas" como las siguientes:

"Los gays tienen derecho a casarse"
"El género es una construcción social"
"La Unión Soviética permitía un euqilibrio de poderes en el mundo. ahora, por desgracia, la falta de este país ha hecho a los USA demasiado poderosos".
"Las minorías deben ser mejor representadas y por eso la acción afirmativa es justa".

Si estas creencias (que yo comparto) son temas "tabú" de los que uno no debe hablar con sus alumnos, pues entonces prefiero ser instructor de perros y no profesor de personas. Gastón Bachelard decía que "pensar es pensar en contra". Y eso es algo que he querido enseñarles siempre a mis alumnos. Por eso, Christy y yo escribimos una carta a The Chronicle, el periódico de Duke University para mostrar nuestro descontento con las opiniones dadas en esa película. Bueno, para hacerlo corto, no publicaron la carta... =(

Pero la pongo aquí para que por lo menos sea pública.
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Durham, Jan. 31st, 2008

What is a Duke teacher supposed to say?
A reply to Indoctrinate U.

Yesterday we went to the Reynolds Theater to watch the documentary “Indoctrinate U”. While we applaud the presentation of films highlighting different perspectives about such important topics as freedom of speech and freedom of thought, we feel that, as individuals, and teachers at Duke University we have also the responsibility to address some issues we strongly disagree with.

The movie, and the discussion held immediately after, made a very strong point for tolerance and respect towards teachers and/or students that don’t agree with liberal or leftist points of view, especially within Academic Departments, and more specifically, those that engage in Social Studies and the Humanities. We see how this liberal/democratic academia could be conceived as taking mob strategies to silence and threaten these conservatives/republicans and their freedom of speech, or even forcing them to withdraw from classes or academic positions by making their life miserable. Their crime? Not to conform to the liberal credo that considers anathema to be pro-white/western culture, pro-affirmative action and against war (particularly, the “War on terror”).

We believe there’s a major flaw in the movie: by focusing exclusively on cases revolving around relatively small groups of conservative thinking people that are harassed by a close minded liberal majority, it provides the image that the latter is a mindless majority never open to argue any ideas. This is clearly a distortion originated by the bias of the director and by showing only those cases he is not advocating for freedom of speech for all, rather, only for those with conservatives ideas. The movie promotes the idea of a university as a space for debate and exchange of beliefs based on honest research. Clearly, intolerance must never be accepted, and everyone needs to have the space to promote their ideas based on honest research and (self) criticism. However, Indoctrinate U fails to acknowledge the obvious fact that intolerance is not exclusive to liberals, and it is shared by whomever thinks that an absolute truth exists or that absolute values exist which are above any discussion and applicable to everyone regardless of diversity issues or social backgrounds.

Moreover, by defending conservative freedom of speech while neglecting the same right for the liberal intellectual within a conservative environment, the director of the movie seems to have found ground to disallow liberal teachers from expressing their points of views. It seems that freedom of speech must be defended passionately when it comes to a conservative being bullied by a liberal, but when a liberal who happens to be a teacher expresses their beliefs, then they are crossing the line. That is a contradiction that can only be explained by an implicit conservative perspective that pretends to be objective.

Finally, what is a teacher supposed to say? Are we supposed to, as this movie suggests, go to class, read from the text book, and shut up even if there’s something we believe would be interesting to discuss, thereby providing a sterilized education? Are we to be banned from discussing current events before class time? Are university professors excluded from the free exchange of ideas that the university upholds? Should we share no aspects of our personal lives with our students? We ask, is that the kind of classroom that students want? We are not rote trainers, we are teachers, and we believe our job of educating students does not fall exclusively within the lines of our specialties and that it would be irresponsible for us to think so. Certainly, we would be foolish to fall to any extreme, be it imposing a belief or keeping strictly silent, seeing as that students do not come to the university to validate what they think but to challenge it. But making a case for the outright ban on any topic except those in the syllabus is to consider the university instructor as someone who can only teach about their specific subject who has nothing else to offer to the education of their students. And that’s something that this movie, one about education, never gets right: a human teacher, a serious one, will be able to teach about life, individuals and society in a class of Geography, Chemistry, Social Sciences or Languages. Knowledge is not isolated from reality, and as teachers we must show our students how knowledge and reality interact every single time we decide to use our precious freedom of speech.

Carlos Molina-Vital
Spanish Instructor
Romance Studies Department
Languages Building Of. 014

Christen Molina
Italian Instructor
Romance Studies Department
Languages Building Of. 015
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¿Se puede hacer ciencia siendo conservador?

¿Se puede enseñar a ser crítico siendo conservador? (tal vez sí: a fin de cuentas se puede criticar los puntos de vistas más progresistas).

7 comentarios:

Anónimo dijo...

interesante saber q se piensa en ese lado del planeta, postea mas a menudo.

Daniel Salas dijo...

Hola, Carlos:

He estado leyendo tu blog con interés, por cierto, pero con bastante sensación de que pensamos muy distinto. La universidad, a mi parecer, debe ser un espacio para cualquiera que piense honesta y críticamente. Desafortunadamente, esto se pierde cuando se establece un pensamiento totalmente alejado de la investigación empírica y enfocado en la agenda. Tienes todo el derecho de tener ideas más allá de tu especialidad pero no puedes reemplazar la opinión de un especialista. Cuando los humanistas se ponen a hablar de globalización, de economía, de exclusión, de desigualdad, sin ofrecer ninguna base empírica, no hacen sino reproducir creencias totalmente acríticas e incluso peligrosas. Se termina por desplazar el interés: ya no se trata de entender la realidad social sino de acomodarla a una imagen. Esa es una de las razones por las cuales considero imprudente introducir en clase temas que solo conozco superficialmente.

La segunda razón es que en la universidad todos los estudiantes deben sentirse cómodos. Y el líder a quien le corresponde crear ese ambiente es el profesor. La finalidad de una clase X es aprender y discutir el tema X. Introduciendo asuntos ajenos a la discusión, corro el riesgo de hacer que los que piensan distinto de mí se sientan excluidos. Ellos saben que yo tengo mis ideas y que ellos tienen las suyas pero saben también que eso no es un tema relevante en la clase.


La tercera razón es que un profesor debe saber distinguir entre el desarrollo del conocimiento y el desarrollo de una agenda política. Un académico puede ser también un activista, pero no se puede ser académico y activista dentro de la clase. Los intelectuales que admiro y de quienes más he aprendido son los que se enfocan en la reflexión y en el estudio de un tema y ponen en un segundo plano otros intereses. Esto les permite una gran flexibilidad y una capacidad crítica que pierde aquel que convierte sus convicciones en dogmas.

En tercer klugar, claramente, en las clases de lengua, la discusión sobre temas ajenos al asunto puede afectar el aprendizaje. Y el aprendizaje es algo que no creo que debamos poner en riesgo. Aquí hay un interesante artículo de Stanley Fish:

http://www.nytimes.com/2005/05/31/opinion/31fish.html?pagewanted=1&_r=1

En la segunda página del artículo Fish explica:

"We don't do content in this class. By that I mean we are not interested in ideas - yours, mine or anyone else's. We don't have an anthology of readings. We don't discuss current events. We don't exchange views on hot-button issues. We don't tell each other what we think about anything - except about how prepositions or participles or relative pronouns function." The reason we don't do any of these things is that once ideas or themes are allowed in, the focus is shifted from the forms that make the organization of content possible to this or that piece of content, usually some recycled set of pros and cons about abortion, assisted suicide, affirmative action, welfare reform, the death penalty, free speech and so forth. At that moment, the task of understanding and mastering linguistic forms will have been replaced by the dubious pleasure of reproducing the well-worn and terminally dull arguments one hears or sees on every radio and TV talk show.

Saludos

Carlos Raul Molina dijo...

Hola Daniel:

Me da mucho gusto que te hayas tomado la molestia de escribir un comentario. De veras te agradezco la oportunidad de discutir un tema que me parece a mí interesante por estar relacionado a la forma en la que veo la labor del profesor.

Dices: "Tienes todo el derecho de tener ideas más allá de tu especialidad pero no puedes reemplazar la opinión de un especialista". Creo que el problema de los especialistas es que si se les deja ser los portadores de la verdad, es decir no tener crítica alguna más allá del círculo académico al que pertenezcan, pues se les está dando licencia de obliterar el pensamiento de los demás. Además, si solo podemos esperar a que los especialistas hablen, en la lingüística nadie podría hablar de "realidad psicológica" o algo así porque no hemos estudiado psicología. Del mismo modo, un antropólogo no puede oponar nada de las redes sociales que se forman sobre bases laborales porque el trabajo es una cuestión económica y este no es economista. En pocas palabras, la "autoridad" de los especialistas es algo que debe siempre ponerse en tela de juicio y producir en las personas el deseo de ser especialistas que no piensen de manera ortodoxa. Los estudiantes se darán cuenta ellos mismos, con sus lecturas y estudios, de cómo funcionan las cosas. En ese sentido, en mi desconfianza por los "especialistas" soy un chosmkiano neto: los epseicalistas terminan siendo un factor importantísimo en la fabricación de consentimiento.

Cuando dices: "Se termina por desplazar el interés: ya no se trata de entender la realidad social sino de acomodarla a una imagen", creo que lo mismo puede decirse de los que asumen que las leyes del mercado poseen una especie de realidad objetiva como las matemáticas: todo funciona por algo así como la mecánica celeste. Es cuestión de paradigmas, realmente. En pocas palabras tratar de acomodar los datos hacia una doctrina u otra es deshonesto. Por eso la imagen debe ser siempre la más variada y compleja posible, algo que las personas con mentalidad concervadora en este país han desechado. Se guían por lemas: "Dios bendiga América", "Apoya a las tropas", etc. Ese es el resultado del pensamiento conservador, en mi opinión, que es el que por lo bajo es defendido en "Indoctrinate U".

Yendo al tema del salón de clase, dices que "la finalidad de una clase X es aprender y discutir el tema X. Introduciendo asuntos ajenos a la discusión, corro el riesgo de hacer que los que piensan distinto de mí se sientan excluidos". De hecho, no es fácil introducir los temas de tipo crítico, que son usualmente aquellos que se encargan de cuestionar el status quo (es decir, suponer que se puede vivir de otra forma y que no todo es cuestión de "acomodarse a la realidad ya concebida"). Uno tiene que saber pedir opiniones a todos los que quieren darlas y presentar además el punto de vista contrario (sin ridiculizarlo, por cierto). Obviamente hay personas que se incomodarán con cualquier tipo de mención a un tema político, pero ese punto es simplemente de talante o temperamento: algunas personas se pueden ofender con la mera mención del Che Guevara o con la del Holocausto. Todo es posible, y te doy la razón, hay que tener buena mano para saber moderar las situaciones. De hecho, más de las veces no es necesario hacer declaraciones de ningún tipo: basta con preguntas bien hechas. Eso es lo que hace que los estudiantes piensen fuera de su burbúja (y créeme, en una univerisdad como Duke, muchos viven en una verdadera burbuja). Al menos, y creo que estarás de acurdo conmigo, contraponer las ideas es escencial para formar a las personas.

Sobre la idea de que "Un académico puede ser también un activista, pero no se puede ser académico y activista dentro de la clase", estoy bastante de acuerdo. Sin embargo, la idea de la agenda es justamente el tipo de discurso que los conservadores les enrrostran a los liberales: todo aquello que dicen o hacen obedece a un programa o ideología... ¡Cómo si eso fuera siempre algo maquiavélico! Peor aún, los mismos conservadores están guiados en sus "think tanks" por agendas extremadamente detalladas que buscan copar las principales universidades de los USA. Así que hablar de agenda es o irrelevante (todos tienen una agenda y eso no significa ser Pinky tratando de conquistar el mundo) o simplemente hipócrita (los conservadores están organizados mejor que los liberales justamente por esa "agenda").

Finalmente, dices: "los intelectuales que admiro y de quienes más he aprendido son los que se enfocan en la reflexión y en el estudio de un tema y ponen en un segundo plano otros intereses. Esto les permite una gran flexibilidad y una capacidad crítica que pierde aquel que convierte sus convicciones en dogmas". Estoy muy de acuerdo con esa idea, y creo que es algo fundamental sobre lo que coincidimos: nadie quiere intelectuales "comprometidos" o "catequistas marxistas" en el campo de la ciencia. Pero no ver las implicancias de cualquier ciencia en el mundo, más allá de la mera especialización es para mí una forma de ceguera.

Sobre el artículo que presentas en tu último punto, tengo que leerlo, pero lo que citas me deja la idea de que está mal, mal, realmente mal. La idea de dar clases de "pura forma" es de por sí descabellado y sin ningún fundamento. La pregunta es obvia: ¿qué es forma? La manera de organizar párrafos, algunas marcas específicas de organización textual (referentes, conectores, transiciones de párrafo a párrafo y tal vez algunas otras más que realmente no vienen al caso más que como una categorización vacua que no contribuye a que los estudiantes aprendan). Tal vez la forma a la que este autor se refiere es a la forma "correcta" de las oraciones en inglés. Pues si es a eso a lo que se refiere, pues sinceramente no veo cómo se puede lograr presentarles la "forma" de las oraciones a los estudiantes para que las aprendan a no ser que lleven sintaxis generativista o que estudien la gramática de Montague (lógica formal). Y eso es absurdo. Lo mejor es la enseñanza con contenidos que enfoca ejercicios para uso de formas específicas (sobre la base de los cotnenidos dados). Si un curso de composición solo discute o debate pues, y creo que ese es el punto que ese artículo no toma por ser "radical-formalista", se está perdiendo el tiempo pues se necesita adiestrar a los estudiantes con técnicas muy puntuales. Pero eso de "formas sin contenidos" eso es solo una excusa para que la gente se quede tranquilita y piense solo lo que los expertos dicen (¿y quién critica al experto? Acaso no es una de las labores de los expertos acercar la ciencia a las personas? La ciencia se trata de personas, no solo de estructuras formales específicas. Es es lo que tratamos de defender en nuestra carta Christy y yo.

Bueno, un abrazo y saludos por casa. Ojalá un día podamos vernos para, con unas cervezas, seguir la conversación.

Daniel Salas dijo...

Hola, Carlos:

Hay que entender que la clase de Stanlety Fish (un famoso teórico de la lectura) es de escritura. Lo que dice Fish es que en esa clase lo importante es la forma. Afirma además que no terminar nunca de aprender cómo operan las formas de argumentar y de escribir (la retórica) puede derivar justamente en un pensamiento acrítico. Estoy seguro de que si todos conociéramos cómo funciona el lenguaje, entenderíamos con claridad qué problema hay con frases del tipo "Support our troops", "Good bless America" o "El Chino sí cumple". Lo que dice Fish en pocas palabras es que no podemos reemplazar un catecismo por otro, que la observación de la forma revela la consistencia de las ideas y que, en ese punto de la clase, no hace falta nada más. En mi área, desafortunadamente, leo todos los días investigadores que no hacen sino reemplazar un conjunto de falacias por otro. Cito, por ejemplo, una frase de Walter Mignolo:

"development and modernization failed because it was not possible for capitalist economy to develop underdevelop countries" ("The Logic of Coloniality and the Limits of Postcoloniality" En The Post-Colonial and The Global, 2007)

Mignolo no ofrece ninguna fuente, ningún dato que apoye su idea. Es mera intuición convertida, de tanto repetirse, en episteme. Pero aquí no se trata de ser "conservative" o "liberal" (yo no soy ninguno de los dos, yo me identifico con los "libertarians" pero eso no importa tampoco); se trata de observar los hechos y los hechos indican que no hay ningún país que haya elegido el capitalismo que se haya empobrecido, ni siquiera los que eligieron el capitalismo más autoritario y más corrupto; los datos también indican que no hay ningún proyecto socialista que haya traído desarrollo y libertad, ni siquiera los proyectos más democráticos y constitucionales como el de Allende. En ese punto, negar los logros del capitalismo es como negar que el tabaco hace daño, así de simple. Es también como negar que la conquista de América haya sido una masacre y que el imperialismo norteamericano haya sido nefasto.

A mí me basta trabajar con los datos y examinarlos críticamente. Imponerme una orientación lo veo como innecesario. Ahora bien, los conservadores tienen poca autoridad moral para hablar contra la adoctrinación porque si algo es notorio en la retórica conservadora es su desprecio por los datos y su tendencia a llegar a conclusiones sin examinar el tema. Hay que ver la cantidad de tonterías que pueden llegar a decir. Pero en la izquierda académica el panorama, sinceramente, no me parece mejor. Por un lado, se apena de los inmigrantes; por otro, se opone al libre comercio. Por un lado, condena la pobreza de los campesinos del tercer mundo, pero en Europa promueve los subsidios y el proteccionismo. Resultado: 200 habitantes del campo mueren cada hora porque no tienen a quién vender sus productos para sustentarse.

Después de ver tanta cerrazón ante la evidencia, tanto apego a los dogmas y los "truismos", he llegado a la conclusión de que no necesito discutir mis opiniones, que basta ofrecer ordenada y honestamente los datos, ayudar a observar lo que hay. Un abrazo.

Carlos Raul Molina dijo...

Como siempre, un placer discutir contigo, Daniel.

Creo que el punto en el que discrepamos diametralmente es en la idea racionalista (espero que el término no sea ofensivo para ti, algunas personas se ofenden de cualquier cosa) que guía tu razonamiento. La presentación de los datos oradenada y objetivamente muy difícilmente termina por ser suficiente para reconocer la Verdad (con mayúsculas) o siquiera una (de las muchas formas de) verdad.

En ese respecto, sigo a Chaim Perelman en su idea de que el razonamiento objetivo es tan solo una forma de razonamiento que no puede separarse de otro más subjetivo (el que se logra a partir de ciertas técinicas argumentativas). Esas ideas no son, para mí, aplicables solo al campo de la retórica, si no al de cualquier discruso científico (y creo que estamos de acuerdo con que la ciencia es un discurso también).

Entonces, me parece que ahí es donde discrepamos: no me parece que se pueda llegar a un punto de objetividad por la mera obnservación de los objetos y las leyes empíricas que los manejan, pues la interacción social y las expectativas (creencias y deseos, como añade Perelman) son parte clave de la "mecánica" de la vida.

Pero en lo demás, de acuerdo: uo mismo no me considero un "liberal" en el sentido americano. Me considero más bien un progresista/socialista. De hecho, no sé bien qué considerarme!!

Sobre lo del capitalismo y su éxito, pues creo que el problema es siempre más complejo: el socialismo nunca podrá ser un éxito mientras las grandes potencias sirvan bajo los intereses de grandes industrias. Eso lo sabía hasta el mismísimo Adam Smith (puedes chequear eso en el capítuo dos de "Hegemony or Survival" de Chomsky).

Saludos!

Daniel Salas dijo...

Bueno, Carlos, no vamos a derivar el tema del post en otra cosa. Mi insistencia es que, en lugar de adaptar las evidencias a los modelos que nos parecen más bonitos, es mejor crear modelos a partir de las evidencias. El socialismo es bonito como ficción pero es un desastre como política. Dado que estamos urgidos de sacar a la gente de la pobreza, es nuestro deber pasar a otra cosa y no insistir en lo que falló. Es como creer en las armas de destrucción masiva a pesar de que es claro que nunca existieron. En fin, como digo, podemos discutir esto en otro momento. Por supesto, las cervezas te estarán esperando cuando te animes a visitarnos. Un abrazo.

Perfido dijo...

Yo de Director de cualquier revista tampoco publicaría lo que escribiste. Pero porque es muy largo y la gente no lo va a leer (Yo no lo leí todo a pesar que me interesó un poco al inicio)